Fuente: El Mundo
Todos los días son un reto, todos los días son nuevas oportunidades. Esas que se van presentando solo al coger un pico, una pala o una carretilla. Cada día es un día seguro de comida, de arriendo y de servicios; es una mejor vida para sus hijos.
No importa si llueve, truena o si el sol se vuelve inclemente. Sabe que ese día ha sido un regalo y que no lo puede desaprovechar. Por eso se esfuerza, da todo de sí para demostrar que ser mujer no es una desventaja, que los anhelos de cambiar su vida y la de su familia son más pesados que los adoquines y las carretas que día a día tiene que llevar.
Ella es Carmen*, una mujer que con dos hijos trabaja día a día en la construcción del Camino de la Vida en el cerro Pan de Azúcar, proyecto del Jardín Circunvalar de Medellín.
Su trabajo es poco convencional, teniendo en cuenta que hace las labores que habitualmente hace un hombre. Aún así, desde hace cinco meses, suda a la par de su sexo opuesto, deja en sus manos ampollas y callos demostrando que sí puede, que sufrir luchando por un mejor futuro vale la pena.
Siempre supo que era duro, pero nunca pensó que le tocaría. Ella, quien desde muy pequeña se lanzó a las calles a buscar en amores fortuitos el pan de cada día. Ella, quien lo único que vio en su infancia fue violencia, maltratos, drogas y pobreza. No obstante está segura de que su vida ha retomado su rumbo, que no volverá a recaer en los malos pasos, pues hoy sabe más de construcción que de cualquier otra cosa.
“Oportunidades como estas no se presentan todos los días. Y sé que nada es fácil en la vida y que si no lo luchas no alcanzas. Fueron muchos los días que sorteé mi futuro en las calles, que los malos amigos eran mis únicos buenos amigos, que las drogas serían mi constante escape y que vender mi cuerpo sería mi único sustento económico”, dijo Carmen, quien agradece el día en que caminando a su casa se topó con personal de la Alcaldía, quienes se encontraban en el proceso de socialización de los proyectos que se realizarían en la zona.
“Fue difícil, pues uno de los requisitos era estar capacitada. El Sena se encargaba de todo ese proceso, pero yo tenía dos hijos que requerían de mi atención. No obstante el que quiere puede, me las arreglé para asistir a las clases, para llegar a mi casa y atender a mis hijos y a mi madre. Me las arreglé para graduarme en los cursos”, expresó la mujer con tono de satisfacción.
Hoy Carmen y 77 mujeres más ganan la vida construyendo un mejor futuro, sobrepasando obstáculos y perfeccionando habilidades. “Estoy totalmente segura de que, si no hubiese insistido lo que insistí, puesto todo el empeño que puse, hoy día estuviera vendiendo mi cuerpo en los pueblos, quién sabe dónde estaría y, peor aún, quién sabe qué sería de mis hijos”, reflexionó Carmen.
Otro lado de la historia
Edilma Estela Gómez, líder de Altos de la Torre, aseguró que son muchas las mujeres cabezas de familia que se encuentran en busca del sustento de sus hijos, por eso oportunidades como estas son quizás una de las más importantes que les han podido brindar.
“Creo que ninguna de las mujeres que se encuentra laborando acá había desempeñado estas actividades, creo que para todas es nuestra primera vez. Todas y todos los que estamos acá somos muy afortunados, estamos aprendiendo no solo un oficio sino a integrarnos, estamos creciendo personalmente, construyendo una familia así como fortaleciendo la que tenemos en la casa”, dijo Gómez, quien agregó que era común escuchar que los hombres eran los únicos que podían trabajar en construcción
La líder asegura que en ocasiones, es el doble de trabajo el que realizan en un día, porque así como tienen que cumplir con un horario y unas labores por las cuales serán remuneradas, también deben cumplir con las labores por las cuales no lo serán: ser la jefe de la casa.
Acabando con los paradigmas
Margarita Ángel Bernal, gerente de la Empresa de Desarrollo Urbano, EDU, aseguró que la participación de la mujer desde el punto de vista técnico y social es un pilar importante para el desarrollo de este tipo de proyectos, que lo que buscan es la renovación urbana.
“Muchas de las mujeres que hoy están participando son madres cabezas de familia, que con su trabajo han demostrado que son capaces de cumplir con las expectativas en las labores que hoy se adelantan en el Jardín. Por ejemplo, hoy tenemos a una mujer que es considerada la mejor en el manejo de la colocación del adoquín; tanto es así que la empresa que nos viene haciendo el suministro del adoquinado así como en la asesoría, la quiere tener en cuenta para otros proyectos en la ciudad, todo por la capacidad de superación y buen trabajo que ha demostrado”, expresó Ángel Bernal.
El proceso de implementación de la mano de obra en los trabajos sociales no es un tema nuevo, desde administraciones pasadas se estipuló que en todos los proyectos de ruta social la participación de la mujer no sería de menos del 30 %.
“Si bien es cierto y dentro de los análisis que se han hecho, la mujer tiene poca capacidad para el manejo de pesos, con el tiempo presenta mejores rendimientos que la misma participación del hombre, puede que se demore más realizando las labores pero encontramos grandes compensaciones. Estamos demostrando que las mujeres son capaces con cualquier reto, lo demuestran todos los días y es digno de admirar todos los esfuerzos, dedicación y entusiasmo que ponen”, aseveró la gerente.
La gerente expresó que a pesar de la prevención que se genera al ver a una mujer realizando los trabajos que son considerados para hombres, junto con capacitación y formación esa inclusión femenina ha logrado romper barreras formando de esta manera un colegaje y una empatía al trabajo conjunto.
“Aún somos una sociedad muy machista, no obstante, se ha demostrado que ellas también pueden hacer una tarea que no debe ser considerada exclusiva de un solo sexo y que todos también pueden participar en él, creo que eso es romper con las barreras de paradigmas frente al trabajo de las mujeres en temas de construcción”, concluyó la gerente.
Voces
Rudy Chávez Ibargüen
“Soy madre cabeza de hogar, y a pesar de que nunca había trabajado en este campo, me ha ido muy bien, los hombres se dan cuenta que nosotras somos berracas, y que podemos lograr lo que nos propongamos”.
Daniel Rodríguez Herrera
“Con las mujeres nos hemos relacionado muy bien, son trabajadoras y muy juiciosas así como aplicadas, hemos sabido entendernos en todas las labores que nos toca hacer, trabajar con ellas nos enseña a nosotros a tratarlas con respeto, pues a pesar de que trabajan duro no dejan de ser mujeres”.
María Concepción Uzuga
“Esta es la primera vez que trabajo para una empresa como estas, y a pesar de mi edad me siento feliz, amañada y muy útil. El trabajo con los hombres siempre es pesadito, pero aún así me gusta colaborar, trabajar y me le mido a cualquier trabajo que tenga que hacer”.
Ferney Bedoya Correa
“Este trabajo le ha dado la oportunidad a las mujeres de valorarse más, de fortalecer la confianza en ellas para realizar las labores y resolver los problemas y metas que se propongan, puedo decir que las mujeres acá son unas ‘calidosas’, pues trabajan duro pero también nos tratan muy bien”.
Ester Marina Loaiza
“Este trabajo me hace sentirme orgullosa de mí misma pues yo nunca había trabajado en esto, y me siento contenta además por que he ganado muy buenos compañeros”.