Testimonios
“A un peso, a un peso cobrábamos nosotros la lustrada de zapatos hace cuarenta años cuando yo empecé a trabajar aquí”, dice Victoriano Delgado mientras esboza un gesto que denota sorpresa y orgullo. Allí, en el cruce de Junín con La Playa, donde el tradicional oficio de embellecer el calzado ha permanecido por más de medio siglo.